Para lograr este balance, el Ayuntamiento firmó un plan de ajuste. Se ha reducido la plantilla en siete trabajadores gracias a jubilaciones, prejubilaciones y extinciones de contrato, y se ha logrado rebajar el gasto corriente. Así, continúa Maseda, en consumo eléctrico se ahorraron 22.000 euros en el último año. Y, si se junta todo el gasto corriente, se computaron unos 100.000 euros menos que en 2012. En plantilla, "casi 200.000 euros".
El concejal de Hacienda asegura que estas cifras son posibles "gracias a mucho esfuerzo y a una gestión que pretende maximizar los recursos". Para ello, entre otras fórmulas, se ha cambiado parte del alumbrado público y cada trabajador elabora una ficha en la que debe indicar a qué dedica su tiempo de trabajo. "Es la forma de controlar lo que nos cuestan, por ejemplos, las obras", detalla Maseda.
El gobierno asegura que, aún en este contexto de ahorro, el nivel de inversiones se mantiene. Se llevó a cabo un plan de mejora de caminos y se han desarrollado obras pendientes en el concejo. En cuento a la presión sobre el ciudadano por vía de impuestos y tasas, también hay noticias positivas. El gobierno ha acordado reducir el gravamen del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) del 0,6 al 0,575. Esto es posible porque el catastro considera ahora propietarios que antes no figuraban como tales. "Tenemos más personas que disponen de propiedades y un censo actualizado, y se paga menos", añade Maseda. Por ejemplo, por el servicio de agua se paga un 2,5 por ciento menos. También se han rebajado en un punto las licencias de construcción.
El Ayuntamiento tapiego es uno de los más endeudados de su área. El coste millonario de la Casa de Cultura y la renovación del edificio del Ayuntamiento justifican parte de la deuda. A ello hay que añadir que se dejaron de ingresar cantidades nada despreciables por licencias urbanísticas tras el frenazo en seco del boom inmobiliario.