Foto Lne. |
Por: Félix Martín
Martínez
Tapia de Casariego.
La comunidad
educativa de la villa tapiega lleva más de una década luchando a favor de la
dignidad de las instalaciones del Colegio Público “Príncipe de Asturias”, ante
la posibilidad inminente de que, cualquier día se les venga encima. Por si
acaso tocamos madera, y no es ninguna broma de mal gusto.
Claro que,
nunca mejor dicho, llueva sobre mojado. La nula capacidad de gestión de su
exalcalde Gervasio Acevedo, que ejerció (es un decir), de director del propio
centro de enseñanza, a la vez que (es otro decir), de alcalde durante una
veintena de años, ha traído estos lodos. O lo que es lo mismo, su incapacidad y
desinterés hacia los temas más prioritarios del concejo durante veinte años,
han dado lugar a una situación límite. Gervasio Acevedo es protagonista de la
veintena de años más perdida de la historia de Tapia de Casariego.
Y es que la
nulidad de este desgobernante ha llegado al extremo de dejar que lustro tras
lustro, el colegio publico tapiego haya soportado todo este tiempo sin apenas
clavar un clavo; sin que sus instalaciones, no ya sólo no fueran poco a poco
renovadas, sino, ni siquiera mantenidas. Así las cosas, habría que sondear las
conciencias de varios centenares de progenitores del alumnado tapiego que,
cuatrienio tras cuatrienio, han venido eligiendo y reeligiendo al más inútil
desgobernante público del Occidente de Asturias, Gervasio Acevedo. ¿De qué se
quejan ahora, cuando en buena medida también
ellos mismos lo han mantenido en la inutilidad y la inoperancia?. Muchos
deberían flagelarse durante otros veinte años. ¿O tal vez se les habrá olvidado
a los sufridos progenitores presentarse
en el despacho del entonces alcalde Gervasio Acevedo y del todavía hoy
aparejador municipal Segundo Barrera, con sendas paletillas ibéricas bajo el
brazo?. Recuérdese que, no en vano, ambos están implicados en el caso de
corrupción más repugnante en la historia de la Administración del Principado de Asturias,
con el exconsejero socialista Riopedre, Renedo, Otero, Arturo Verano, y sus
colaboradores más directos a la cabeza.
Pero es que,
además, ni siquiera Gervasio Acevedo ha sabido aprovecharse de su condición de
diputado nacional (dos años por la carambola de las listas); ni tampoco de su supuesta
amistad con el exministro de Educación y tapiego vacacional Suárez Pertierra, a
quien incluso llegó a homenajear públicamente durante una “Feria Campomar”. ¿En
agradecimiento de qué?. A día de hoy, mantenemos y demostramos que, es más lo
que el tal Pertierra debe a Tapia, que viceversa. ¿Alguien demostraría lo
contrario?.