Como viene siendo habitual en los últimos tiempos, animales
salvajes, en este caso jabalís, han ocasionado daños en plantaciones de maíz de
la zona.
El aumento de especies como corzos, jabalís, lobos, etc. en
los últimos años en Asturias ha destapado un problema secular. La relación
entre el mundo salvaje y el mundo del hombre no es idílica ni perfecta.
Concretamente el ser humano, desde el neolítico hasta la época
actual, se ha caracterizado por una expansión de su habita y por lo tanto un
recorte del mundo “salvaje”. Las actividades
humanas como la agricultura y la
ganadería choca frontalmente con el deseo de convertir Asturias en una Gran
Reserva.
Es fácil (sin evaluar las consecuencias reales), desde un sillón en la universidad de Oviedo, o en
la Junta General del Principado o sin ir más lejos, viviendo en ciudades y
villas, querer que Asturias solo sea un paraíso natural, donde los animales
salvajes y sin control se multipliquen al carecer de depredadores naturales.
Pero esta postura neo-ecologista es peligrosa y dañina, no solo para las
actividades de agricultores y ganaderos (los primero afectados), sino para el
ecosistema en general. Un boom de animales salvajes sin depredador conocido
puede suponer el fin de un ecosistema. Sino miren el ejemplo de Australia:
plagas de conejos y ratas al carecer de depredadores destrozaron pastos y propagaron enfermedades.
Por supuesto la situación en Asturias es muy diferente al
daño ya irrecuperable de Australia. No obstante, hay que dar soluciones al
descontrol del número de animales salvajes, así como dar una solución a
ganaderos y agricultores, sectores fundamentales de la economía asturiana, y
que parece solo preocupan a los neo-eco cuando se quiere instalar industria,
pero no cuando el daños lo produce sus “idílicos” planteamientos de una gran
reserva natural donde animales se multipliquen y crezcan sin control.
Se puede buscar varias soluciones, por ejemplo, ante los
daños de jabalís, el Ayuntamiento de Tapia de Casariego podría autorizar
batidas de caza. Estamos en el periodo para hacerlo y concretamente desde hace
ya dos años no se hizo ninguna en Tapia de Casariego. No es de extrañar el
aumento de animales salvajes y los daños que ocasionan.