Foto LNE. |
La semana pasada se ha realizado un año más la feria
Campo-mar. Es buen momento para hacer una comprobación de objetivos y
ver si la feria está en un proceso de agotamiento o sigue con buena salud. Según
opinión de tapiegos, muchos consideran que la feria ha perdido sus raíces y está
en un proceso de descomposición o pérdida total de identidad.
Lo cierto, es que llamarla feria de CAMPO Y MAR es quizás excesivo,
viendo que apenas ya quedan establecimientos vinculados a esos dos tejidos
productivos y hay un exceso en cambio de establecimientos de otra índole.
Posiblemente toca hacer renovación o cierta regeneración de
esta feria para que no vaya agotándose poco a poco. El Ayuntamiento debería
estar dispuesto a realizar esta regeneración y de hacerla se debe contar con el
sector hostelero de Tapia de Casariego. El potencial que tiene Tapia en agosto
es mucho y parece que podría obtener muchos más beneficios para la villa y los
negocios locales si se hiciese un proyecto en común que recuperase por una
parte la esencia dela feria en sí y por otra también suponga unos ingresos
extraordinarios a los negocios tapiegos.
Queda un año para la próxima edición, hay tiempo de ir
haciendo cosas y buscar consensos entre todos, pero si Tapia y su Ayuntamiento
se acomoda corremos el riesgo que en poco tiempo esta feria quede obsoleta o
sin suficiente tirón para atraer gente. Las novedades o diferencias que aporta
estos últimos años son nulas y eso tarde o temprano agota a los visitantes y
turistas.