Por: Félix Martín
El Sr. Alfonso Román (PP), reciente aún está su asunto con las dietas de kilometraje. Foto El Comercio. |
Han tenido que pasar más de 30
años para que, la clase política cayera en la cuenta de que también la pólvora
ajena se acaba. 30 años para reconocer el sistema duplicado y triplicado de los
organigramas públicos que ellos mismos inventaron, con otros tantos políticos
al frente, sueldos millonarios etc., en detrimento del erario.
El escándalo de los kilometrajes
cobrados indebidamente, de parte de la diputada socialista María Luisa Carcedo,
o de los diputados autonómicos Gervasio Acevedo, Alfonso Román, etc., ha
alumbrado un nuevo sistema de fraude político sobre el que, no obstante, los
propios políticos son capaces de inventar el eufemismo correspondiente para
paliar sus desmanes. De esta forma, asistimos al nuevo invento de “domicilio
político” para intentar, insisto, ponerle sordina a lo que es, ni más ni menos,
un fraude al erario.
Pues nada que, ahora y como
consecuencia de tales desmanes, sus señorías asturianas hacen propósito de
enmienda (solamente propósito), para hacernos creer que los ciudadanos, no
todos, seguimos indolentes ante sus artimañas y estrategias de fraude y engaño.
Ahora resulta que, sus señorías
asturianas sólo podrán hacer uso de su obligación y derecho de trabajar 20 días
al mes. Hasta el vigésimo día de cada mes cobrarán las dietas correspondientes
al kilometraje. En el caso de que sobrepasen la veintena de jornadas, no
tendrán derecho alguno al cobro de dietas por kilometraje. El asunto da risa,
sino fuera que estamos vacunados hace tiempo contra este tipo de trampas
políticas. De este modo pretenden, sólo pretenden, hacernos creer que, tratan
de restituir su fraude durante más de 30 años.
Pues nada, que tal genialidad ha
sido obra y desgracia de los parlamentarios asturianos, a excepción de FORO ASTURIAS que, con atinado criterio
considera la necesidad de ilimitar el derecho al kilometraje correspondiente,
siempre y cuando se justifique con el trabajo y la tarea que se precise. Así
las cosas, podría ocurrir que, cualquier político regional, una vez
sobrepasados sus veinte días de kilometraje, considerase su derecho a quedarse
al abrigo de la moqueta del Palacio Regional, en vez de trasladarse en pro de
tal o cual tarea pendiente, o lo que es lo mismo, al lado de los ciudadanos que
en el mismo sentido puedan reclamar su atención.
¿Pero no habíamos quedado en la
necesidad de que los políticos se acerquen a los ciudadanos?. ¿En que la
política precisaba descender del podium en que levitan la mayoría de los
políticos, para descender a la altura de todos los mortales?. Parece ser que
no, según la mayoría desnortada del Parlamento Asturiana.
No es preciso recordar que, la
gran mayoría de diputados asturianos cobra un sueldo que, jamás tuvo, pudo
haber soñado, ni mucho menos obtenido fuera del ejercicio político. Tampoco
sobra decir que, no pocos de ellos, tienen un nivel académico que ronda el
bachillerato. Nada extraña pues, que se aferren a su puesto político intentando
hacernos creer, ¡¡ manda “guevos”¡¡, que además sus sueldos son de bajura.
Mientras todo esto acontece,
nuestra región seguirá la última de la fila en casi todo, sobre manera en el
nivel de los políticos que dicen representarnos.