Desde periodistas ‘pagados’ para cubrir una inauguración, a estancias en hoteles de Cuba o Tailandia para amigos y familiares, pasando por ‘asesores’ internacionales y pagos a empresas vinculadas a Natalio Grueso, para la localización de los exteriores de la película ‘Vicky Cristina Barcelona’, cualquier gasto tenía cabida en el pozo sin fondo de la Fundación Niemeyer. Las facturas irregulares detectadas por los inspectores de Hacienda, en el marco de la investigación judicial a la gestión de la entidad, son solo un capítulo más en la larga lista de dispendios a cargo de dinero público (subvenciones), cometidos desde que Grueso tomó las riendas de la Fundación en 2006. El pasado 14 de marzo, el ahora director de Artes Escénicas del Ayuntamiento de Madrid, se declaró inocente ante el juzgado, y negó haber cometido ilegalidades o delitos, después de que una auditoría de Deloitte, encargada por el patronato de la Fundación, detectara 180.000 euros sin justificar. Desde entonces, las facturas que habían ‘volado’ de los cajones del Niemeyer, han ido apareciendo, y revelando más y más compras y adquisición de servicios sin aclarar.
Uno de los trabajadores del despacho de José Luis Rebollo, secretario del Niemeyer, (su bufete facturó 299.000 euros a la Fundación), al ser interrogado por los inspectores de la Agencia Tributaria, reconoció que hacía de intermediario entre Natalio Grueso y los proveedores. Recibía instrucciones del primero sobre las facturas que debían cobrarse al Ayuntamiento de Avilés, y trasmitía las indicaciones a los empresarios. El rastro de correos electrónicos dejado en estas comunicaciones, se ha convertido en una ‘prueba de cargo’ que apunta tanto al director de la Fundación, como a los responsables políticos. Los retoques de las facturas, “con nueva fecha y concepto”, intentaban ser lo más exactos posibles, pero resulta imposible ‘colar’ una compra de material, como un servicio de inauguración.
Después de que Hacienda entrase en juego, los proveedores han aportado nueva información, confirmado las ‘triquiñuelas’ utilizadas para desviar los gastos de la Fundación a las arcas municipales. Además de los testimonios personales de los propietarios de las empresas, el informe de la Agencia Tributaria también incluye copias de los correos intercambiados entre el despacho de abogados de Rebollo, la Fundación y los empresarios que esperaban cobrar sus facturas, eso sí, adaptadas a las indicaciones recibidas, anulando las facturas enviadas previamente al Niemeyer. Al fin y al cabo, enviaron facturas falsas al consistorio, y este las pagó. Al fraude se podría añadir la malversación de caudales públicos, un delito penado con entre tres y seis años de prisión. Si el juez estima que, además, no se trató de un caso aislado, y que la desviación de gastos era una práctica habitual de la Fundación, la reiteración sería un agravante contra las personas que permitieron esos pagos, abriendo la ‘vertiente política’ de las responsabilidades. Y como los proveedores reconocen, hicieron lo mismo para poder cobrar al Principado otros encargos.
A pesar de la doble financiación de la Fundación Niemeyer (a través de subvenciones y del pago de los gastos), la entidad ‘amasó’ una deuda millonaria. Aunque Natalio Grueso no sea declarado culpable por el delito societario por el que está imputado, la investigación de Hacienda ha abierto el camino para pedir otro tipo de responsabilidades. Y según el informe, hay pruebas de sobra. Además de las propias facturas y de los correos electrónicos comprometedores, están los pagos realizados por el Principado y el Ayuntamiento, que deben estar reflejados en las cuentas de las administraciones. Si se demuestra que se pagaron con fondos municipales y autonómicos una serie de ‘facturas privadas’, estaríamos ante una desviación de dinero público. ¿Quién lo aprobó? ¿Quién firmó y autorizó el pago? Nadie pudo haber certificado la prestación de los servicios, porque no se realizaron. Ni tampoco recepcionar unas compras ‘fantasma’. Natalio Grueso, su mujer y su ‘colaborador’ en la agencia de viajes que falsificó facturas, podrían no ser los únicos imputados.
Foro acusa al Principado de proteger y encubrir a Natalio Grueso
Además de la ofensiva judicial de Foro Asturias contra el ex gestor del Centro Cultural Óscar Niemeyer, el partido de Francisco Álvarez-Cascos también busca implicaciones políticas en el PSOE. Esta semana, la diputada Carmen Fernández recordó que la Junta General aprobó en octubre, una moción de Foro instando al gobierno a ejercer acciones de responsabilidad civil ante los “patronos o sus representantes, por los daños y perjuicios ocasionados a la Fundación”. Ahora Carmen Fernández denuncia que a pesar de la iniciativa, aprobada pese a la oposición de los socialistas, el ejecutivo sigue sin actuar, “encubriendo las responsabilidad de los patronos colocados por Álvarez Areces, que deben responder por sus desmanes económicos como administraciones de dinero público”. Entre los patronos se encuentra también la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela. En su defensa, Natalio Grueso se excusa en que sus decisiones estaban amparadas y respaldadas por el patronato, y que él solo actuaba como gestor, y que por tanto, es el patronato el responsable en último término. En los últimos nueve meses, el gobierno del Principado no ha exigido ninguna responsabilidad a los patronos, y según la diputada de Foro, “no es casualidad que Vicente Álvarez Areces, esté aforado como senador por expreso deseo de Javier Fernández”. Carmen Fernández llegó a asegurar que el presidente asturiano actúa como ‘encubridor’ en el ‘caso Niemeyer’.