Hace unos días, un conocido vecino y escritor asiduo de Tapia escribió en La Nueva España (y previamente en El Comercio) un escrito que nos ha gustado mucho y que sigue en lineas generales las mismas preocupaciones e inquietudes que hemos querido plasmar en este blog a lo largo de este año. Ver que mas vecinos tapiegos, con preocupaciones ante nuestro futuro, sin tapujos ni miedos hablan y escriben es una fuente de inspiración y nos transmite la fuerza necesaria para creer que a Tapia de Casariego le espera un mejor futuro, lejos de radicalismos y con la razón y el sentido común como bandera.
Félix Martín Martínez
Tapia de Casariego
La suerte está echada y la explotación aurífera comenzará en breve. Cualquiera con sentido común entiende las reticencias iniciales contrarias a dicha explotación, de la misma manera que, sus detractores, deberían entender las miles de adhesiones a las perspectivas laborales generadas con este proyecto.
Nadie en su sano juicio, ni el más acérrimo defensor de la mina de oro, apoyaría la destrucción de nuestro entorno natural (sin su paulatina rehabilitación, tal y como se ha previsto); ni mucho menos consentiría que, la explotación fuese la hipoteca de varias generaciones de tapiegos. Ni uno solo de los firmantes de este proyecto, entre quienes me encuentro, ha dado carta blanca a la empresa minera para deshacer a su antojo. Antes al contrario. Quien suscribe, lo ha hecho con el convencimiento de que nuestro pueblo no podía permanecer un minuto más en la UVI, sin otro norte que la muerte por inanición.
El proyecto subterráneo de la mina de oro, contempla la recuperación del entorno en el que se ubica, con el añadido de novísimos equipamientos en un emplazamiento natural sobrado de belleza. Sobrado sí, pero doce meses al año, no apenas 45 días. También contempla la dotación y colaboración en proyectos sociales, culturales y deportivos, alguno de los cuales, ya se ha iniciado.
A día de hoy, Asturias ha conocido (duele hablar en pasado), la explotación minera en sus tres más importantes cuencas fluviales. Todas ellas, en la actualidad, y tras siglo y medio de explotación, han sido rehabilitadas y recuperadas para sus vecinos, incluso como reclamo turístico. Tapia de Casariego no será una excepción, y de ello deberíamos encargarnos todos los tapiegos, a más, por supuesto, de las autoridades correspondientes.
De las perspectivas laborales de este proyecto, sólo cabe esperar un aumento y/o asentamiento de la población (estancada hace más de un siglo); una subida de la renta “per cápita”, y la instalación y/o consolidación de nuevos proyectos inmobiliarios, hosteleros y comerciales. Todo con la esperanza, claro, de que la fiebre del oro no convierta a nuestro concejo en un ficticio paraíso de cotas inalcanzables.
Cualquiera en su sano juicio, entiende y aplaude los condicionantes de la Comisión de Asuntos Medioambientales de Asturias (CAMA), y no estaría de más que, alguna de estas exigencias impuestas a la empresa minera, se pusiera en práctica al respecto del Río Anguileiro (que desemboca en nuestro más preciado recurso turístico, la playa); o al respecto del Ribeiro de San Martín (carente del emisario depurador correspondiente).
Tampoco sería mucho pedir que, la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN), exigiera alguno de los requisitos impuestos a Astur Gold, a la Papelera de Navia, a la Reny Picot, e incluso a la Alúmina de Vivero. Por cierto, ¿algún tapiego, franquino o naviego, se ha manifestado alguna vez a favor del cierre de estas empresas, donde trabajan docenas de vecinos de nuestra comarca?.
En fin, es tiempo de cordura, de entendimiento y de esperanza. Quienes tenemos el tesoro de contar con un trabajo fijo, ¡qué la fortuna nos guarde¡. Quienes por el contrario permanecen en la injustísima incertidumbre de no tenerlo, ojalá el proyecto minero pueda otorgarles la misma oportunidad. Tapia de Casariego se merece ésto y mucho más. Todo ello, claro, sin perder la sonrisa ….. del Cantábrico. FELIZ NAVIDAD.
Publicado en el Diario El Comercio, de Gijón (7-XII-2012); en el Diario La Nueva España (22-XII_2012), y el comentario.tv.
Tapia de Casariego
La suerte está echada y la explotación aurífera comenzará en breve. Cualquiera con sentido común entiende las reticencias iniciales contrarias a dicha explotación, de la misma manera que, sus detractores, deberían entender las miles de adhesiones a las perspectivas laborales generadas con este proyecto.
Nadie en su sano juicio, ni el más acérrimo defensor de la mina de oro, apoyaría la destrucción de nuestro entorno natural (sin su paulatina rehabilitación, tal y como se ha previsto); ni mucho menos consentiría que, la explotación fuese la hipoteca de varias generaciones de tapiegos. Ni uno solo de los firmantes de este proyecto, entre quienes me encuentro, ha dado carta blanca a la empresa minera para deshacer a su antojo. Antes al contrario. Quien suscribe, lo ha hecho con el convencimiento de que nuestro pueblo no podía permanecer un minuto más en la UVI, sin otro norte que la muerte por inanición.
El proyecto subterráneo de la mina de oro, contempla la recuperación del entorno en el que se ubica, con el añadido de novísimos equipamientos en un emplazamiento natural sobrado de belleza. Sobrado sí, pero doce meses al año, no apenas 45 días. También contempla la dotación y colaboración en proyectos sociales, culturales y deportivos, alguno de los cuales, ya se ha iniciado.
A día de hoy, Asturias ha conocido (duele hablar en pasado), la explotación minera en sus tres más importantes cuencas fluviales. Todas ellas, en la actualidad, y tras siglo y medio de explotación, han sido rehabilitadas y recuperadas para sus vecinos, incluso como reclamo turístico. Tapia de Casariego no será una excepción, y de ello deberíamos encargarnos todos los tapiegos, a más, por supuesto, de las autoridades correspondientes.
De las perspectivas laborales de este proyecto, sólo cabe esperar un aumento y/o asentamiento de la población (estancada hace más de un siglo); una subida de la renta “per cápita”, y la instalación y/o consolidación de nuevos proyectos inmobiliarios, hosteleros y comerciales. Todo con la esperanza, claro, de que la fiebre del oro no convierta a nuestro concejo en un ficticio paraíso de cotas inalcanzables.
Cualquiera en su sano juicio, entiende y aplaude los condicionantes de la Comisión de Asuntos Medioambientales de Asturias (CAMA), y no estaría de más que, alguna de estas exigencias impuestas a la empresa minera, se pusiera en práctica al respecto del Río Anguileiro (que desemboca en nuestro más preciado recurso turístico, la playa); o al respecto del Ribeiro de San Martín (carente del emisario depurador correspondiente).
Tampoco sería mucho pedir que, la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN), exigiera alguno de los requisitos impuestos a Astur Gold, a la Papelera de Navia, a la Reny Picot, e incluso a la Alúmina de Vivero. Por cierto, ¿algún tapiego, franquino o naviego, se ha manifestado alguna vez a favor del cierre de estas empresas, donde trabajan docenas de vecinos de nuestra comarca?.
En fin, es tiempo de cordura, de entendimiento y de esperanza. Quienes tenemos el tesoro de contar con un trabajo fijo, ¡qué la fortuna nos guarde¡. Quienes por el contrario permanecen en la injustísima incertidumbre de no tenerlo, ojalá el proyecto minero pueda otorgarles la misma oportunidad. Tapia de Casariego se merece ésto y mucho más. Todo ello, claro, sin perder la sonrisa ….. del Cantábrico. FELIZ NAVIDAD.
Publicado en el Diario El Comercio, de Gijón (7-XII-2012); en el Diario La Nueva España (22-XII_2012), y el comentario.tv.