Hoy en día es difícil pensar en ningún aparato electrónico en el que no esté presente el oro. Debido a propiedades como: baja resistencia eléctrica, elevada conductividad térmica, ductilidad y altísima resistencia a la corrosión; es ampliamente usado por la industria en la fabricación de contactos (USB, bornes de baterías, etc.) y en el recubrimiento de conductores eléctricos en los circuitos impresos de las tarjetas (por poner un ejemplo).
La importancia de dicho metal en la electrónica es tal, que la industria del sector consumió, el año pasado, unas 300 TM. Desde luego, es este sector el primer consumidor del preciado metal. También es innegable que no entenderíamos la vida sin toda la electrónica que nos rodea y todos hacemos uso de ella.
Estos datos objetivos me llevan a la siguiente cuestión:
¿De donde sale todo ese oro?
Pues la respuesta es muy dura: en su mayoría, las explotaciones que existen hoy en día, se encuentran en países que no ofrecen las más mínimas garantías laborales y mucho menos medioambientales. Por no hablar del estado de guerra casi permanente al que se somete a ciertas zonas del mundo debido a su riqueza en recursos naturales; o las durísimas condiciones de vida a las que se somete a los obreros de dichas explotaciones.
La respuesta nos lleva a hacernos las siguientes preguntas: ¿Dónde es preferible que se explote tan preciado mineral? ¿No sería preferible que fuese explotado en zonas del mundo que ofreciesen garantías laborales y medioambientales?
Estos razonamientos me inclinan a pensar que los motivos y razones que esgrimen ciertos colectivos contrarios a la explotación tapiega, son una pose, a menos que estén dispuestos a vivir sin el concurso de la electrónica en sus vidas. Más bien pienso que la negativa tiene motivos más egoístas y personales que morales y medioambientales (motivos al fin y al cabo).
Con la razón en la mano y a sabiendas de lo indispensable que es el oro al día de hoy, creo que lo más correcto, es que la explotación de dicho mineral se realice en países desarrollados y con legislaciones capaces de hacer que dichas explotaciones sean respetuosas con el medioambiente y sobre todo con los seres humanos. Aún iría más lejos y diría que deberíamos exigir que se indicase la procedencia de ciertos minerales que son indispensable para la vida cotidiana en nuestros tiempos, así quizás podríamos aliviar el sufrimiento de otros pueblos más desfavorecidos.
ALGUNOS ARGUMENTOS DEBERIAN RAZONARSE CON CIERTA COHERENCIA Y OBJETIVIDAD.
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Un articulo de VIXE