Rosa Diez (o lo que es lo mismo UPYD), vuelve a sus origenes, AL PSOE. |
Asturias tendrá nuevo presidente, el socialista Javier Férnandez, el próximo miércoles. Fernández será elegido con mayoría absoluta (23 votos de 45) merced al respaldo de los diputados de PSOE (17), IU (5) y UPyD (1). El apoyo que este miércoles comprometió UPyD al PSOE rompe el empate que depararon las urnas a 22 votos entre el bloque de la izquierda y los dos partidos conservadores, FAC (12) y PP (10), y pone fin a 12 meses de gobierno de Franciso Alvarez Cascos, el ejecutivo más breve y uno de los más controvertidos de la historia autonómica. UPyD compromete el respaldo al PSOE durante los tres años de legislatura “para garantizar”, según Rosa Díez, “un gobierno estable, fiable y solvente”.
El acuerdo PSOE_IU, formalizado en abril, y el pacto alcanzado ahora con UPyD despeja las incertidumbres que atenazaban la gobernabilidad asturiana y disipa el riesgo de que la comunidad pudiera verse abocada a nuevas elecciones anticipadas (las terceras en un año) si antes de dos meses la cámara regional no era capaz de investir a un nuevo presidente a la vista del equilibrio entre los diputados de izquierdas y los de derechas.
Este riesgo potencial y el bloqueo político e institucional en la que se encontraba la región fue el argumento esgrimido por el Ministerio de Hacienda el sábado cuando amenazó con intervenir el Principado. El pacto entre PSOE y UPyD, que se venía gestando desde abril, se cerró precisamente a escasas hora de la reunión que este jueves celebra el Consejo de Política Fiscal y Financiera, y en la que el posible tutelaje de Asturias será uno de los asuntos a tratar. Díez aseguró en rueda de prensa que “ahora ya no hay disculpa ni coartada que permita intervenir a Asturias cuando no se intervienen a otras comunidades en mucha peor situación”.
Entre los compromisos alcanzados figura el respeto al pacto de estabilidad, promover en el Parlamento el estudio de la reforma de la ley electoral que permita instaurar una sola circunscripción y constituir una comisión de investigación sobre el escándalo Marea que estalló en la última legislatura socialista.
El acuerdo sobre la ley electoral consiste en constituir una comisión de estudio no legislativa que analice fórmulas que permitan reequilibrar el peso de los votos para que todos los sufragios tengan el mismo valor y capacidad de decisión. Esto no implicaría la supresión de las tres circunscripciones.
El socialista Javier Fernández deberá ahora gestionar una comunidad que está en situación de prórroga presupuestaria, que acumula 12 meses de parálisis institucional y administrativa, y cuyas cuentas, si bien presentan un balance muy alejado del grave endeudamiento de otras comunidades, arrastra la rémora de cinco meses de Gobierno interino desde que se disolvio el Parlamento.
Javier Fernández se comprometió en las últimas semanas a cumplir con los objetivos de déficit –exigencia además de UPyD- pero también ratificó su promesa electoral de no cruzar las líneas rojas que socaven los logros del Estado del Bienestar y cuestionen la educación y sanidad públicas, que es, además, una de las condiciones que le ha impuesto IU. Su Gobierno tendrá que moverse entre esos estrechos márgenes.
En principio, los socialistas gobernarán en solitario. UPyD rechazó su entrada en el ejecutivo. Y con IU, aunque no está descartada su incorporación al Gobierno, tampoco existe compromiso al respecto. Todo apunta a un gabinete monocolor socialista en minoría pero respaldado en la cámara por los dos partidos del pacto. Ello obligará al PSOE a un ejercicio de diálogo permanente con ambas formaciones aliadas durante los tres años de mandato.
Aunque la dirección de IU de Asturias fue muy crítica con UPyD, lo que hizo temer por la viabilidad de un entendimiento a tres, al final se ha resuelto mediante dos pactos bilaterales del PSOE con cada uno de sus socios. En todo caso, fue el diputado nacional de IU Gaspar LLamazares, con gran ascendiente sobre la organización asturiana, el que en los últimos días dio un giro al discurso de la coalición de izquierdas y emplazó a la FSA-PSOE a “no jugar con fuego”: Llamazares reclamó a los socialistas que llegasen a un acuerdo con Ignacio Prendes (el único diputado de UPyD) para evitar un Gobierno “en precario”.
El nuevo Gobierno no lo tendrá fácil tampoco por la división existente entre los partidos conservadores. Desalojado del Gobierno, tras una efímera estancia de solo un año en la presidencia, Álvarez-Cascos tiene aún por delante el duelo que mantiene con el PP por la hegemonía del espacio conservador. Todo apunta, pues, a que ambas formaciones competirán entre sí por liderar la oposición parlamentaria y el desgaste al Gobierno.
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Mañana analizaremos como afecta este gobierno a Tapia, si le perjudica o beneficia y las consecuencas para todos nosotros.