El socialista consejero de Industria y Empleo, del que depende el Turismo de Asturias, acaba de manifestarse al respecto del inminente abandono, también de nuestra región, de la compañía de bajo coste RyanAir. Y se despacha el sabio consejero aduciendo que, no siendo una buena noticia, peor sería que cerrase la compañía Alsa. ¿Cabe mayor despropósito y metedura de pata?. ¿Se puede ser consejero con esta altura intelectual?. Parece que sí en el organigrama socialista de Asturias.
Recuérdese que, el tal consejero Graciano Torre, que lo fue también con el desgobierno de Álvarez Areces dejando un saldo de casi 100.000 parados, fue renovado por Javier Fernández, alcanzando en la actualidad, casi otros 10.000 parados más. Pero no importa.
¿Nos abandona otra compañía aérea de bajo coste, después de hacerlo Air Berlín, y de que Iberia redujera al máximo sus conexiones con Asturias?. ¡Qué más da¡. Al fin y al cabo, Graciano Torre cuando tenga que volar, lo hará en primera clase en Iberia, eso sí, a cargo del erario asturiano.
Y continúa Graciano Torre justificando la escasa importancia del hecho, argumentando que, el turista que quiere buscar un destino, acaba encontrándolo. Sí, efectivamente, sobre todo si tiene a mano el aeropuerto de Santander, cuyo Gobierno autónomo sigue apostando por sus comunicaciones por tierra, mar y aire, en detrimento de Asturias.
No importa, aquí somos muy humildes y nos conformamos con ver pasar a los peregrinos, camino de Compostela, con bastonín, mochila y concha. Después de todo, dicho itinerario compostelano pasa por Mántaras (Tapia de Casariego), y allí los peregrinos se encontrarán con Graciano Torre haciendo de aguador. ¡¡Enhorabuena¡¡.
Pues eso, a partir de ahora, cuando Graciano Torre tenga que viajar fuera de Asturias, ¡¡qué avión, ni que bus, ni qué puñetas¡¡. Que viaje a guisa de apóstol. Su colesterol malo se lo agradecerá, los asturianos también.
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Un articulo del Sr. Félix Martín Martínez